Desde Finlandia nos llega este proyecto musical encabezado por el clon vocal (y no es despectivo) de Bruce Dickinson, Philaja Markku. Cuando entra el primer tema “Aliveness” entras directo al terreno del inglés, heavy espacioso con un riff de Saki Hakuli directo, bien acompañado por el increíble bajista Pasi Hakuli y una batería con pegada de Antti Huopainen, siendo una canción con buenos cambios de ritmo y brillante estribillo; muy buena armonía de guitarra.
El teclado de Kalke Kukkonen junto la potente batería de Antti acompañan unas melodiosas guitarras de Saki al inicio de “Stone heart”, otro tema de factoría anglosajona bien facturado, con otro soberbio bajo de Pasi y lucimiento de hammond de Kalke en una canción con mucho ritmo y solo muy blusero.
Desde Texas llega este cuarteto que nos deja una gran obra de rock muy retro con pinceladas stoner. Esto ya lo palpas en la inicial “Phantasmagoria”, todo un alarde de rock siniestro con riff arrollador de Philip Benett acompañado a la otra guitarra por el vocalista Geoge Baba, una especie de Ozzy juvenil y Tobias Forge (Ghost), siendo esto un reflejo de su música, rock pesado con melodía y bien acolchado por un hammond mientras destripan riffs.
La segunda entrega es su acertado single “The Scorpion in the sand”, donde comparten voces Baba y Forge, mientras el bajo de Chris Tamez cubre con notas acompañado de su hermano Ethan en la batería, dejando un regusto muy americano en su toque; buenas guitarras dobladas y riff muy clásico, todo ello escuela sabbathica.
Este multiinstrumentista italiano nos presenta su primera obra. Quizás el abuso del vocoder a lo largo del disco te puede llegar a cansar (Trans de Neil Young), pero las melodías y estructuras de las canciones te va a contrarrestar esa sensación. Abre “Serenity” con ese vocoder, con un compacto sonido en global; las guitarras tienen junto al bajo mucha presencia, destacando las armonías de las seis cuerdas y unos buenos coros.
Sigue con “The End”, que empieza lenta para luego coger velocidad con unos buenos licks, dejando claro que esa melodía es la parte principal del tema y que trasmite una sensación pérdida; buena estructura con cambios de ritmo y sonido, con una batería más dinámica como en el metal actual.
No soy dado a realizar reseñas de EP’s, pero este año por causa de la pandemia muchos grupos y proyectos sacan sus propuestas en este formato ante la escasa actividad en directo y la imposibilidad de juntarse en un estudio o local de ensayo.
Aquí estamos ante un supergrupo donde los guitarristas Gary Arce de Yawning Man y Bob Balch de Fu Manchu juntaron al resto de chamanes del Stoner como Tony Reed (Mos Generator), Mario Lalli (Fatso Jetson, Yawning Man), Per Wiberg (Spiritual Beggars, ex-Opeth), Bill Stinson (Yawning Man), Nick Oliveri (Mondo Generator, ex-Kyuss, etc.), Lisa Alley e Ian Graham (ambos de The Well), Alain Johannes (Them Crooked Vultures, Cornell, Eleven) y Thomas V. Joger (Monolord), y decidieron publicar esos encuentros creativos.
Estos canadienses de Montreal presentan su tercera obra y nos quieren tumbar las cabezas con su hard rock contundente, y tras su escucha creo que me quedo corto. Fred Crew Grrr y Frank Kelly (guitarras), Fred Kelly (bajo), RL Black (vocals) y Mat Hias (batería) te van abrasar según entra su primer trallazo y single “Straight from hell”, un tema portentoso lleno de fuerza con la voz rasgada de RL Black marcando estilo y un riff clásico pero efectivo como su estribillo, genial carta de presentación.
Otro trallazo de la mano de “Hittin on all sixies”, hard rock americano contundente, buenas armonías vocales y coros, con un estribillo de libro y guitarras ardientes; el matasellos de la carta de presentación. Mucho groove y tensión en “Who do you wanna be”, un ejercicio de rock profundo con gran labor vocal de RL Black y de los duetos de guitarras de Fred y Frank, con ese brillante estribillo y una batería a piñón fijo.
Segundo disco del proyecto de Gabrieli Fiori (Black Rainbows), rock acústico alternativo con raíces americanas y algunas gotas de country. La mundialista “Mexico’84” te abre la mente con esos coros melodiosos y un estribillo certero, acústicas armoniosas, batería contenida y un solo de guitarra clásico.
El single “Sitting down on the porch” ya te lleva al terreno country, siendo un tema simple y efectivo, con la voz de Fiori muy melódica y sugerente.
Más directa es “Obssesed by the west”, una canción que posee diferentes estructuras, una inicial más rockera, otra surtiendo más country rock y otra que enfila hacia el final con ese rock americano setentero que rozaba la psicodelia; preciosos detalles del lap Steel y los punteos de la acústica.
Regreso de este excelente guitarrista y también compositor. Deja apartado su proyecto de blues The Majestics de sus últimas referencias y nos adentra en composiciones hard rock con gran maestría.
De entrada “Sueño eterno” es trepidante y directa, con unos licks muy certeros, la voz de Salán sin ser muy brillante engarza bien en esta canción con una estructura muy dinámica; muy buena la batería de Edu Comiato.
Más hard rock de bella factura con “Viejos dinosaurios”, con un estribillo pegadizo sacado de la vieja escuela, grandes dosis de guitarra tanto en licks como en los solos y riffs, sonando todo muy compacto; de lo mejor del disco.
Tercer larga duración de esta banda de Boston que dándoles una escucha, van sorprender con la mezcla de estilos que hacen y lo muy bien parados que salen. Para mí uno de los discos más completos de este año. Digamos que circulan entre el heavy rock y el hard rock más contundente, pero con una visión más actual.
Abren con “No escape”, hard rock con mucha mala ostia, una versión Hellacopters a la bostoniana, con mucho groove, demostrando que la voz de Matt Harrington te hará disfrutar junto unos duelos de guitarra de Scott O'Dowd y Alasdair Swan más que ardientes; coros pegadizos para los directos.
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