¿Qué mejor que hacer en un descanso entre semana que ir a la Sala Son de Cangas do Morrazo a un concierto de Rock? Pocas cosas, ¿verdad?
 
Dos bandas francesas Komodor y Moundrag eran las protagonistas de la noche. Totalmente desconocidas para mi pero con unas referencias del compañero Tito que sirvieron para que me uniera rápidamente a la expedición ourensana hacia la Ría de Vigo.
 

Sábado santo, y por múltiples motivos que van más allá de lo religioso. A la entrada de la Sala Capitol, una legión de motocicletas, de las que retumban hasta con el motor apagado, sirve de guía para que el mismísimo leviatán sobre ruedas ponga patas arriba la brújula del saber estar y se proyecte con terceras disminuidas sobre el santuario de la Sala Capitol. Toca noche de Rock & Roll y el ambiente está a media chispa de arder como la gasolina: el club de moteros local, los Black Birds MG, ha montado un buen tinglao. Vamos allá.

¿Qué cabe esperar de una semana cuando arranca a golpe de bolo un martes con “la mejor banda de rock & roll del mundo”? Cualquier cosa es posible...
 
Eddie Spaghetti voz y bajo, Marty Chandler guitarra y Chris Von Streicher a la batería. Tras dos años sin dejarse caer por tierras gallegas regresaban al mismo local que los había acogido por última vez, justo antes del parón pandémico: la sala Rouge de Vigo, dentro del ciclo “Máis que blues”. La cita con los Supersuckers era ineludible.

Tregua regresaban a su ciudad luego de acabar una primera parte de su gira por salas este invierno pasado. Para ello ofrecieron un espectáculo novedoso, en el cual repasaron su discografía pero en un formato electroacústico, dejando una increíble sensación de que las cosas bien hechas brillan doblemente.

Ante la ausencia por motivos laborales de Iván, uno de sus guitarristas, el cálido escenario fue tomado por Mario (voz y guitarra), Adri (guitarra), David (bajo y coros), Rubén (teclista) y Miguel (batería), acompañados esta vez por Héctor (percusión y saxo).

Con la “Estrella Venenosa” pululando todavía en mi cabeza, me dispongo a realizar la crónica de uno de los conciertos más esperados del año, por parte de CanedoRock.

La vuelta al escenario de ILEGALES pone de relieve la “lucha solitaria” que el comando “Ilegal”, con Jorge Martínez al frente, lleva desarrollando a lo largo de 40 años de carrera.

Había ganas de concierto, muchas ganas, al menos para un servidor que por diferentes circunstancias, además de las restricciones de la pandemia, llevaba ya unos meses sin poder asistir a un concierto en condiciones.
 
Así que aproveché el viaje de Nepí, Tito y su inseparable cámara a Cangas do Morrazo para disfrutar en la Salason de una banda a la que le tenía ganas y todavía no había podido escuchar sus canciones en directo, Schizophrenic Spacers.
 

Mira Maruxiña mirá, mira como veño. A veces una Sala Capitol llena hasta la bandera se pone de acuerdo para improvisar una crónica de concierto con ese cariño con el que sólo te lo podría contar, sin un tirón de orejas, una legión de seguidores que nunca te dejará solo.

Que tire la primera piedra quien no haya cruzado algún día en su vida el límite marcado por la compostura.

Con los hermanos Cinelli comenzó la nueva edición del Máis que Blues. No podía hacerlo de mejor forma. Excelsas maneras las de la joven banda italo-británica en la apertura de este ya consolidado ciclo musical y que, en el año en curso, nos avanza noches inolvidables (Supersuckers, Warner E. Hodges, The Steepwater Band,…).