Un cambio de planes de última hora, debido a las inclemencias meteorológicas de este raro veroño eterno en el que parecemos vivir gracias al cambio climático, hizo que nos decantásemos por acudir a Sarria a disfrutar en la local de la Asociación Cultural, Deportiva y Ecológica Buril del concierto de Guadaña y José Rubio.
 
Servidor no había estado nunca en el Buril y la verdad es que me sorprendió gratamente. Un escenario grande donde las bandas pueden explayarse y desarrollar su show cómodamente, además con buen sonido, en una sala de un aforo que ya quisiéramos por otras latitudes no tan lejanas. Eso sí el juego de luces es bastante mejorable.
 
Aunque el ambiente era bueno, la verdad es que me esperaba algo más de público, que si bien fue el suficiente para hacer ruido y dar calor a las bandas, realmente quedaba un poco desangelada la cosa en una sala de ese tamaño. En fin, lo de la afluencia de público rockero a los conciertos “pequeños” da para una tesis, o dos. Pero vayamos al lío.
 
 
Era la segunda vez, en poco más de un mes, que disfrutábamos de la música de José Rubio presentando su más reciente trabajo "Black Rose".
 
Al igual que en Ourense José venía muy bien acompañado de sus hijos Galilea y Junior, bajista y batería respectivamente, y de escolta a las seis cuerdas traía a otro gran guitarrista, Robert Beade.
 
Su concierto fue muy similar al de la Ciudad de As Burgas, basando su repertorio en sus dos últimos trabajos con canciones como 'Samhain', 'The Rampages of Robin Redcap', 'The Crown' o 'Pieces of My Soul' y añadiendo algún tema extra como 'Tears' o 'Kelpie's song' que no sonaron en Ourense.
 
Dio la sensación de que la banda se encontraba más a gusto en el escenario de Buril con una Galilea más sonriente y suelta y con un José, como siempre, muy entregado, buscando la complicidad de Robert y regalándonos algún momento entre los dos realmente magnífico, como el sólo de 'In to the Arena' de Michael Schenker con ambos guitarristas pletóricos. En esta última también tuvo su minuto de gloria Junior que se marcó un buen solo de batería con mucho desparpajo y atrevimiento, sin un ápice de la timidez que cabría esperar de un chaval de 11 años.
 
 
De nuevo un buen concierto de un gran guitarra como José que además goza en compañía de sus hijos sobre el escenario, que contamos mantengan viva la llama musical de la familia Rubio.
 
Había muchas ganas de ver a Guadaña, por parte de este que escribe y por el resto del personal que asistió al concierto, al menos esa fue mi sensación. Personalmente su disco “Erytheia”, nombre que los griegos dieron a la actual Cádiz, me pareció uno de los mejores discos del Heavy Metal nacional post Pandemia y tenía muchas ganas de disfrutar en directo de sus canciones.
 
La cosa no podía empezar mejor pues tras una breve intro atacaron casi sin respiro con los tres primeros temas de “Erytheia”empezando con la potente 'Retar al abismo', la magnífica 'Guerreros de la tempestad' y la pegadiza 'Sangre de mi sangre'.
 
A la banda se la veía con ganas, especialmente a su cantante Glory, que en cuanto salió a escena se convirtió en el principal centro de atención, con el permiso de Salva, segunda voz, y Tony, guitarra, con los que no paró de interactuar dándole mucha vida al concierto. Detrás José al bajo le daba un punto de calma mientras que Moyano a la batería era toda una locura.
 
'Ser uno mismo' fue el primer tema de su anterior trabajo “Karma” que sonó para volver de nuevo a “Erytheia” con la potente 'Cuenta atrás' y la canción que le da título que sonó grandiosa.
 
El juego de las voces entre Glory y Salva son marca de la casa y su principal elemento diferenciador aunque esta noche hay que decir que, por algún problema de sonido, en algunos momentos no acabó de sonar como era de esperar aunque eso no influyera en la puesta en escena de la banda.
 
 
La brutal 'Yo Soy La Ley' de su segundo trabajo “Deryaz” nos llevó con fuerza a la única versión de la noche, 'Dinero, Dinero' de Obús que animó a un personal que si bien interactuaba con la banda y disfrutaba del concierto no acaba de arrimarse al escenario e implicarse algo más pero que con este tema pareció encenderse y subir un nivel.
 
El aire bluesy de 'Como Hermanos' es perfecto para el lucimiento vocal de Glory, es un tema ideal para su gran voz, sin obviar el gran trabajo de Tony a la guitarra. Le siguieron la hard 'Dios del Trueno' y se despidieron con una magnífica 'Karma', donde mejor sonaron las voces de Glory y Salva.
 
Podría haber sido un gran broche de oro final pero el personal quería más y pidió con insistencia que no acabará ahí.
 
Así sonaron la cañera y pegadiza 'Una aventura mas' y 'Nuestra revolución' que el personal coreó con ganas y con la que, ahora sí, pusieron el punto final a su actuación.
 
Buen concierto de una banda poderosa que merece, y mucho, ver compensado el esfuerzo de su trabajo y a la que espero volver a ver más pronto que tarde.
 
Nos vemos en los conciertos. Que no nos falte la música.
 

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