Había ganas de ver a los de Reinosa presentando su doble trabajo “Humo y Cristales”, una obra dividida en una parte en directo tocando sus clásicos, y otra con su nuevo disco de estudio. Tres cuartos de entrada recibieron con calor a estos cuatro músicos mientras la sintonía de Avatar salía por la P.A. y las palmas hacían presencia en el aire.
 
“En vela” hizo que el arranque fuese espectacular, con todo el público volcado ya ante esta conocida canción. Sin descanso descargan “Humo y cristales” para dar mayor cabida a los nuevos temas (al final tocarían cinco), siendo muy bien recibida por el público más joven.

Fue la comarca de Ferrolterra, concretamente la ciudad de Ferrol, la encargada de acoger una de las fechas de la gira de una de las figuras emergentes, en los últimos años, dentro del circuito americano y mundial del R&R de los 50. JD McPherson asentaba sus posaderas en una ciudad, que dada su ubicación, y los tiempos difíciles que vivimos ha sido brutalmente golpeada y ha quedado relegada a un 2º plano a nivel cultural y tristemente también a nivel económico.

 

Desde la “pérfida Albión” invadían la ciudad de As Burgas a golpe de Rock & Roll los últimos grandes soñadores, Last Great Dreamers que se diría en la lengua del insigne Shakespeare.
 
Los británicos visitaban Ourense dentro de su primera gira española en la que nos presentaban sus glamurosas canciones plasmadas en los tres discos que llevan publicados desde sus inicios allá por 1994.
 
¡Qué ganas tengo!, escuché en varios puntos distantes del recibidor de la Sala Capitol. Podría tratarse de voces en mi cabeza o de una simple coincidencia de temas sin relación alguna pero el caso es que un "estamos rozando el lleno" desde la taquilla confirmaba las sospechas de una sed musical poderosa a golpe de sábado de carnaval en Compostela. Haga el favor, póngame un blues con dos dedos de Galicia, toque la campana y que empiece el combate.
 

En vísperas de carnaval se recogieron, en Compostela, las temperaturas más gélidas de lo que va de año. Fueron los neoyorquinos The Fleshtones, a golpe de miércoles, los encargados de subir la temperatura con su rock salvaje y provocador en la sala Capitol.

The Fleshtones son considerados unos titanes dentro del estilo garagero. Innovadores y revitalizadores de dicho estilo, su punk-soul gamberro ha dejado su impronta en los anales de la historia del rock durante ya más de 40 años, a lo largo de los cuales han ido zurrando de lo lindo por los escenarios de medio mundo, dando leña a diestro y siniestro.

Es sábado, pasan de las ocho y media, empieza a refrescar, amenaza con llover y sucede que la Sala Capitol está prácticamente llena para recibir a unos punkarras: qué lujo, la diversidad parece estar viva, mi gozo en un pozo. Hablamos de Lendakaris Muertos cuyo nombre surge de la controvertida banda americana de punk rock de los setenta Dead Kennedys.
 
Los navarros son un grupo de punk, rock, combate, crítica, ironía y sarcasmo, ingredientes, todos ellos, agitados, o no, pero servidos con ingenio y mucho humor en litrona selecta; aterrizan en Compostela para dar su único concierto en Galicia de una gira en la que cuelgan carteles de "no hay entradas ni en taquilla".

Rockers y Freddy

Pues ya va el Malvada por su tercer aniversario, esa magnífica locura que en su día abrieron Azu y Ángel en la Rúa Sánchez Barcaiztegui en Ferrol. Porque de locura es esta propuesta diferente a caballo entre lo retro, el steampunk y el cabaret, casi chaladura es esa valentía de abrirlo en los tiempos que corren en la ex-capital departamental, y auténtica tolemia es que encima funcione.

Animaron la ocasión un grupo de versiones que lleva funcionando de un tiempo a esta parte por estos lares: Rockers y Freddy.

Segunda visita a España y recogiendo los frutos de su anterior estancia. Repetía enclave para volver a disfrutar de su directo, sabiendo de antemano que no me iba a defraudar.
 
Intro sesentera y sin miramientos arrancaron con “Starlight”, canción de su nueva obra Moving Mountains, con Marica en plena forma luego del mal trago de Bilbao. Mejoran tanto en sonido como en escena con una portentosa “Night and Day”, con una impetuosa Marica agarrando el micro y una mayor compenetración de su guitarrista Lindberg. Aplausos y primer dialogo con el público, recordándonos su anterior visita y lo agradecidos que están de volver.