Por fin llegó el día de uno de los conciertos más esperados del ciclo que conmemora el 90º aniversario de la sala Capitol en Santiago de Compostela.
La banda de hard rock/stoner WOLFMOTHER visitó, por segunda vez, la capital gallega y, a golpe de lunes, hizo pleno absoluto llenando este espacio, dedicado a la cultura, en general, y a la música en particular siendo, ya por derecho propio, santo y seña de la ciudad del apóstol.
Tras una buena sesión de rock a cargo del Dj local y con quince minutejos de demora sobre la hora prevista, pisó las tablas el power trío formado por Alex Carepetis a la batería, Jake Bennet, al bajo, y Adrew Stockdale, lider indiscutible de la banda que se encarga, por partida doble, de las seis cuerdas y de poner la voz, como si de un “castrati” se tratase.
Sin mediar palabra comenzaron a repartir leña con “Dimension”, de su primer y homónimo álbum, y “New Moon Rising”, incluido en el excelente larga duración “Cosmos Egg”. Pero fue con el tercer tema “Woman” cuando la sala Capitol se vino a bajo literalmente; un bombazo de hard rock donde la influencia de los oscuros Black Sabbath se hace más que evidente. Bajaron la intensidad con “White Unicorn”, pero sólo por momentos ya que el tema despega con riff’s pesados y con redobles de batería donde los timbales son protagonistas.
Un concierto de Wolfmother destaca por su “noise” de alta intensidad generando un muro de sonido que apenas decae y se mantiene uniforme durante todo el show.
Continuaron con “Apple tree” que destaca por sus contundentes cortes que hicieron que nuestras cabezas se agitasen. Encadenaron “Midnight Train” y “Pyramid” para dar paso a un tema de su último trabajo que también da título al disco “Rock Out”.
El carisma de Adrew se puede apreciar en todo su esplendor en el directo. Su voz te atrae y genera una sensación de angustia. Sus gritos agónicos con timbre agudo acompañados de sus riff’s espesos pero cargados con veneno elevan los temas a la frontera entre el hard rock y el stoner. Fuera del escenario hay que destacar su destreza componiendo, donde los ritmos se te meten hasta el tuétano mezclándose con melodías vocales perfectamente armonizadas por el artista. Sin duda una fórmula única y distinguible.
Se saldaron cuentas, con muchos de los presentes, con “Mind’s Eye”, “Vagabond” y “Feelin Love”. Este último evidencia, de nuevo, claras influencias de los cuatro de Birmingan. Como no podía ser de otro modo, a continuación, se nos erizó la piel con el tema “California Queen”; un temazo que sube al cielo y baja a los infiernos y por el cual siento cierta preferencia. Este tema abre su maravilloso “Cosmos Egg”, antes citado. Nos pusieron contra el paredón con “Gypsy Caravan”, incluido, en el que quizás sea su disco más reconocido, “Victorius”.
La labor de Alex y Jake conformando la base rítmica cierra el círculo; en especial Alex que golpea las pieles como si no hubiese un mañana siendo emblema del artista sus longevos redobles apoyándose en el goliat. Sin duda es la guinda al pastel que hará que en tu memoria quede grabado este directo lleno de fuerza y contundencia.
Llegamos a la recta final con la lengua fuera pero con el deseo de que la cosa se alargase todo lo posible. Nuestro gozo en un pozo, cerraron el concierto con “Colossal” y con la coreable “Victorius”, donde más de uno se dejó el gaznate.
Saludos al respetable para dejar la sala y alojarse en sus aposentos mientras el bullicio del público era más que evidente: gritos, silbidos y un sin fin de ronroneos humanos fueron suficientes para que la banda de Adrew Stockdale volviese a pasarnos por encima. Tenían una sorpresa preparada y no fue un tema propio sino que resonó el “Rock&Roll” de los titanes Led Zeppelin provocando un suicidio colectivo.
Y así finalizamos esta energética jornada que nos dejó exhaustos por fuera pero, a la vez, agitados por dentro. Cada concierto del 90º aniversario de la sala Capitol es una grata sorpresa. Animaros a acudir ya que no defraudan.