Este año se conmemora el 90 aniversario del espacio cultural, de lo que hoy llamamos SALA CAPITOL, que se dedica a albergar todo tipo de espectáculos siendo la música en directo la que ocupa el noventa por ciento de su programación. Sin obviar que, en un primer momento de su trayectoria, el edificio albergaba un cine para disfrute de los “picheleiros”.
Una sala que es emblema de la ciudad Compostelana y que se traduce como una “gozadera” para todos los gallegos amantes de la música en vivo. Para celebrar esta fecha tan redonda, los gerentes de la sala han programado una serie de conciertos a lo largo del año en curso.
El concierto que nos ocupa es el primero que se plantea y recomiendo estéis atentos en todo lo que respecta a este 90 aniversario, seguro que no decepciona.
Noche de rock setentero con tintes psicodélicos en la penumbra, de luces rojas y azules de baja intensidad, de las que enfadan a fotógrafos pero de las que disfrutan los amantes del pafeto. Con unos cirios en la mano saltaron a la palestra los integrantes de la banda THE MYSTERY LIGHTS.
Los cinco componentes se sitúan, sin aspavientos, en sus respectivos instrumentos y, con su primer tema, nos inyectan el narcótico que nos acompañará durante una hora y media de concierto.
El tema elegido para empezar a hostigarnos es “Mighty Fine & All Mine” que abre el álbum de su último trabajo, titulado “Purgatory”. Atesoran dos discos más, su homónimo y “Too Much Tension!”, lanzados en 2016 y 2019, respectivamente pero es con “Purgatory” donde dan sentido a su búsqueda y encuentran la senda que los hace distinguibles.
Nos azotan con el garagero y desquiciado “Melt”, de su primer álbum, para abrir las puertas y dejar pasar el aire hacia un sonido más californiano con “Memories” al que le sigue “Purgatory” que nos portea al hipismo/spicodelic de los imbatibles THE DOORS. Con el country/pop “Sorry I Forgot Your Name” bajan revoluciones y dan lugar a un precioso y meloso tema.
Del otro rincón del cuadrilátero sale “Sorry I Forgot Your Name” y “Cerebral Crack” que llaman a funeral, generando un ambiente denso donde la dormidera haría estragos. Mi esclavitud musical me llevó, sin remisión, a “A Saucerfull Of Secrets” de los primigenios PINK FLOYD, ¡un buen viaje!.
Con menos de la mitad del setlist nos damos cuenta que estamos ante una fórmula exótica cuya propuesta no recuerdo revivir por estos lares. Sin duda una noche diferente, cuya música opiácea nos enriquece, más si cabe, y que nos deja en estado de “shock”.
El elemento perturbador que defiende, de forma dinámica y enérgica, esta receta es, sin duda, su guitarra rítmica y cantante Michael Brandon. Con él toda la música de las luces misteriosas cobra sentido siendo su voz fluida y su aptitud diligente: el mayor baluarte de la formación. Su parecido físico con el genuino Alvín Lee (Ten Years After), y su voz, un conglomerado de Fish (Marillion) y Roger Daltrey (The Who), se me hizo notorio desde el comienzo del show, al contrario de sus músicas, de las cuales difiere.
Sus escuderos son Alex Amini que nutre las partes bajas que con el zurdo Kevin Harris, a la batera, forman la base rítmica de la banda, destacando este último, por su estilo “tribal” a la hora de golpear las pieles. Noah Kohll se encarga del teclado del cual emerge un sonido “hammond” con una cadencia mortuoria y sombría que acentúan los temas misteriosos de estas eclipsadas luces.
Por último Luis Alfonso Solano se encomienda a las seis cuerdas creando una atmósfera enigmática con sus líneas melódicas siendo estos “licks” el apéndice perfecto para que The Mistery Ligths vuelen la cabeza de todo bicho viviente que presencie su directo.
Continuaron, con su habitual agonía, de la mano de “Automatic Response”, “Don´t Want No Don´t Need”, “Together Lost” y “Snuck Out” donde Michael se entorchó la acústica para dejarnos un medio tiempo que nos dio el sosiego adecuado para afrontar la recta final del concierto. Todos estos temas incluidos en su último álbum, el cual, tocaron casi al completo.
Rematan la faena con “What Happens When You Turn The Devil Down” a la que le sigue la estridente “Thick Skin” debido al tono extremadamente agudo de la voz de Michael quien acompañó con saltos y cabriolas que, por aquel entonces, ya se habían convertido en una constante a lo largo de todo el show. Depositan sus instrumentos en sus respectivos soportes y se retiran a sus aposentos para disfrutar de un merecido descanso después de entregarse, en cuerpo y alma, a la causa.
El respetable no demoró la petición de volver a disfrutarlos y como consecuencia detonaron nuestros sentidos con la “beat” “Too Many Girls” para dar paso al punk primario de “I´m So Tired” que nos trae de vuelta a THE STOOGES con el enorme IGGY POP al frente. Para finalizar nos tenían reservados dos cover’s que cayeron como dos proyectiles y pusieron la guinda al pastel. El primero se trata de “I Hate You” de un grupo llamado THE MONKS, cuya influencia es más que palpable en los californianos, para continuar con “Demolicion” de los peruanos LOS SAICOS, ambos padres de un originario protopunk y garaje-rock que ha influido a una infinidad de bandas, entre ellas RAMONES, que hacen una versión demoledora, nunca mejor dicho, de este último tema.
|
|
|
Y así se puso el punto final a este fantástico e insólito concierto a la vez que se dio el pistoletazo de salida a esta serie de bolos que durante el 2025 evocarán el 90 aniversario de la SALA CAPITOL. Brindaremos porque sean muchos años más y... ¡Larga vida a la sala Capitol!