Quinto concierto del catorceavo OUTONO CODAX FESTIVAL siendo éste el segundo bolo de este maratón de tres días seguidos, de música en directo, que nos convoca en la sala Capitol de Santiago de Compostela. En esta ocasión los sonidos procedentes de la década de los 50’s y 60’s donde el swing, surf, twist, boogie woogie o el garaje primigenio se fusionan para dar, como resultado, un atómico cóctel de R&R que hizo latir, a toda pastilla, nuestros corazones.
Todos estos estilos tienen su origen al otro lado del charco pero, casualmente, los dos grupos que van a colmar con su música esta velada son originarios de las isla británicas.
Y como era de esperar se desató la tormenta de la mano de THE FUZILLIS. Estos rebeldes, con causa, son unos monstruos de la fiesta y hacen que bailes hasta que tus pies sangren y tus caderas se desencajen al ritmo del mejor “Frat Rock”. Esta podría ser la mejor fórmula para definir a estos londinenses que, como si de una ametralladora se tratase, empiezan a descargar temas que nunca sobrepasan los tres minutos, pero que caen, como verdaderos torpedos, creando una jauría humana allá por donde pisan.
Añejos, pero no pasados de moda, suenan retros pero frescos a la vez y su R&R alcanza la aureola de “diversión” en toda su plenitud. El garaje, el twist, el swing y el surf se dan la mano y el subidón es tal que se asemeja a la ingesta de tres chupitos seguidos de tequila, pócimas y bálsamos que no solemos recomendar en este espacio, pero la analogía para la ocasión, le viene como anillo al dedo.
Estos jinetes, a lomos de sus instrumentos, cabalgan para conquistar nuestros sentidos siendo Dani Martini el encargado de las seis cuerdas, Thomas “T-Mag” Maguirre gruñe con el saxo, los ritmos selváticos corren a cargo de Wilco “The Hammer” Van Ejk y Frankie Fuzilli se desfoga con el bajo.
Todo ello aderezado con una notable ejecución, una gran pasión y sobre todo mucho mucho sentido del humor. Tanto Dani como Frankie repiten asistencia en el OUTONO ya que ellos fueron el guitarra y el bajista, respectivamente, del grupo MFC Chicken, en la edición del año 2022.
Desde su debut, en 2016, han lanzado dos trabajos en cuyo título se intuye que uno es la prolongación del otro: “Grind a Go Go Vol. 1” y “Grind a Go Go Vol. 2”, son dos hermanos que se llevan bien y donde uno no puede cohabitar sin el otro. Un valor seguro para las fiestas de tus amigos, enemigos, primos, sobrinos y demás familia.
Subidos a la barra de la Capitol, y con los paseos de rigor entre el público, se puso la guinda a este ciclón de R&R, llamado, The Fuzillis. No dejes de asistir a uno de sus directos y como dice un colega canediano, ¡Yo avisé!.
Después de esta tromba de R&R tuvimos que tomar aire para recibir, con los pulmones saneados, a THE JIVE ACES. Una propuesta de BIG BAND, a la antigua usanza, con siete componentes trajeados de amarillo que la “montan parda”, encima de un escenario, dejando un relicario de sonrisas y buenos recuerdos desde el minuto uno.
|
|
|
Estos veteranos llevan pateando escenarios desde 1992 y, con diecisiete discos en su haber, se encuentran en pleno apogeo de su personal “revival” que sigue lleno de energía y de calidad transmitiendo buen rollo allá por donde pasan. De hecho, el nombre “Jive”, hace referencia a un estilo de baile que se originó en los Estados Unidos en los años 30’s que combinó blues y swing; ya en los 40’s, boogie-boogie y bebop y, en los 50’s, el rock ‘n’ roll lo cual nos da una idea de por donde irán los tiros.
Sin quererlo nos vemos trasladados a un pub de los 50’s donde el humo de los cigarrillos nos envuelve y cada grupo de amigos, en su respectiva mesa redonda, arregla el mundo y se desinhibe después de una larga jornada de duro trabajo. El whisky corre por doquier y la música resuena, de fondo, en todos los rincones del local. Como si de un film clásico se tratase, The Jive Aces consiguen ubicarnos en un momento histórico, de nuestra era, sin hacer concesiones de ningún tipo.
Sus coplas son un guardapelo que almacena la historia del R&R primigenio. Temas del colosal Elvis Presley, estuvieron presentes a lo largo de todo el show como “Blue Mon of Kentucky” o “That's Alright Mama”, sin poder obviar, por convenio, al carismático y genuino Little Richard con su “Rip it Up”.
Bajan revoluciones e intercalan temas, en la onda ”crooner”, como “All of Me” de Frank Sinatra, “la voz”. El pianista se desata con el archiconocido “Great Balls of Fire” que grabó Jerry Lee Lewis pero cuya autoría es de Blackwel/Hammer. Una muestra que repasa la “flor innata” del R&R de ayer, hoy y siempre, que The Jive Aces atesoran en sus shows. Sin duda un fantástico refugio y regocijo musical.
Después de un parón de varios años sin publicar, nos presentan su último trabajo, recién horneado, titulado “Keeping the Show on the Road”. No hay sorpresas ni nada nuevo bajo el sol, siguen fieles a su fórmula de R&R de los 50’s, swing, skiffle y jump blues siendo su característico “duduá” lo que cierra el círculo. Sin duda uno de los exponentes del momento en el estilo, cultivando y haciendo crecer esta célebre forma de repartir felicidad.
A los mandos de la nave tenemos al vocalista Ian Clarkson. Golpeando las pieles está Peter Howell y en las zonas más bajas tenemos a Ken Smith. Al saxo esta John Fordham y el polifacético Alex Douglas se encarga del trombón, los bongos, el arpa de blues y la tabla de lavar, ahí es nada. Vince Hurley le saca brillo a las teclas y Grazia Clarkson compagina las labores vocales con las de acordeonista de la banda.
Continúan con su romería rockeril, con una versión de “La vie en rose”, llevada ejemplarmente por el sendero del swing, de la trascendental Édith Piaf. Suenan las notas espaciadas de un bajo, reconocibles en el rincón más oculto del planeta, que, el bueno de Henry Mancini, nos regaló y que fueron la cabecera de una serie animada donde una pantera muda, de color de rosa, nos dejaba patidifusos delante del televisor.
“The Pink Panther Theme” revivió de la mano The Jive Aces aportando un final trepidante que hizo subir la temperatura de la sala Capitol. La balada de las baladas, “Only You” de The Platters, bajó nuestras pulsaciones pero aceleró nuestras sensaciones. Y así fueron desgranando todo un arsenal de canciones que nos acompañarán siempre y que son base para entender la historia del rock.
Para rematar, la jauría se apoderó de la Capitol, uniéndose para la traca final The Fuzzilis, además de invitar al personal a subir al escenario, quedándose este en sí mismo pequeño pero lleno, a su vez, de energía positiva. Un rodillo que demostró que el R&R de los 50’s sigue, vivo y coleando, siendo el recreo perfecto para amenizar cualquier fiesta jolgorio que se precie.
Y con una abarrotada y efervescente sala se puso el punto y final a esta tempestuosa jornada de puro R&R del que salimos exhaustos y con las fuerzas justas para afrontar el último asalto del OUTONO CODAX FESTIVAL.