CORTEZ 2020

Tercer larga duración de esta banda de Boston que dándoles una escucha, van sorprender con la mezcla de estilos que hacen y lo muy bien parados que salen. Para mí uno de los discos más completos de este año. Digamos que circulan entre el heavy rock y el hard rock más contundente, pero con una visión más actual.

Abren con “No escape”, hard rock con mucha mala ostia, una versión Hellacopters a la bostoniana, con mucho groove, demostrando que la voz de Matt Harrington te hará disfrutar junto unos duelos de guitarra de Scott O'Dowd y Alasdair Swan más que ardientes; coros pegadizos para los directos.

Bajan revoluciones con su video single “Sell the future”, hard rock pesado entroncado dentro de la vertiente setentera de Black Sabbath, con el predominante bajo de Jay Furlo (también vocalista ocasional) acompañando a otra interpretación brillante de Matt por sus registros, y teniendo ese final guitarrero tan característico de las jam bands de los setenta.

Se actualizan hacia terrenos casi stoner rock con una acertada “Look at you” como video single, potente canción con un riff muy Monster Magnet pero con mayor empaque, disfrutando por su estructura con cambios de ritmo y buenos arreglos en las guitarras, sonando todo muy compacto; estribillo muy logrado.

Empiezan su deriva hacia un hard rock de tintes punk rock contundente en “Deceivers”, riff que firmarían sin duda los Guns And Roses más guarros, pero que Cortez le da más contundencia en su desarrollo, como hicieron los Backyard Baybies; vuelve sonar toda la banda muy bien.

Llega la parte del disco que te va a dejar alucinando, pues se transforman en una banda de heavy rock, primero con “Sharpen the spear”, cañonazo muy en la onda Dio, y no es baladí; guitarras contundentes, riffs de la escuela clásica de los ochenta, una voz prodigiosa de Matt, manteniendo esa estructura del heavy rock ochentero pero de forma muy contundente y sobre todo fresco. El segundo cañonazo es “Vanishing point”, rápida y efectiva, recordando a los primeros Iron Maiden tanto en sus melodías de guitarra como ese bajo omnipresente de Jay Furlo; Matt vuelve demostrar que su garganta es una máquina privilegiada, como que Scott y Alasdir han mamado mucho de la NWOBM.

El cierre lo hacen con una maravilla titulada “Beyond”, con ese inicio lento y sugerente, donde la voz de Matt brilla y sorprende, para luego subir la intensidad y llevarnos hacia terrenos del stoner rock más blusero, muy en la onda Black Stone Cherry, con esos riffs pesados y cambios de ritmo, haciendo de su escucha todo un gozo. Me he dejado para el final la labor del batería Alexei Rodriguez, vaya bestia y vaya gusto, siendo el culpable del gran dinamismo de las canciones y de que suene todo fresco.

Portada rara. Producción excelente. Disco que disfrutarán todos aquellos que les gusta el hard rock potente sin fronteras.         

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