MAREA 2019 el azogue

¿Este séptimo trabajo de los de Berriozar será el que salve el rock ibérico en los próximos años? La respuesta estará en el tiempo. Ocho años sin juntarse todos en un estudio, con proyectos musicales de unos y la salud de otros, han provocado la expectación suficiente para que la pregunta inicial se la hagan hasta los propios componentes de la banda.

Queda claro que son el referente actual del rock ibérico, herederos directos de Leño, Rosendo, Barricada y Extremoduro. Con estos últimos comparten esa cima, después de la jubilación del carabanchelero y del parón indefinido del grupo navarro.

“En las encías” es la apertura y single de adelanto que dejan claro la gran labor de Kolibrí en las guitarras, con arreglos melodiosos y un riff central muy Los Suaves, aparte de un solo inspirador; Kutxi directo y Alén fuerte en los cambios.

Corren al trote con “Un hierro sin domar”, guitarras de César y Kolibrí algo más afiladas sobre un bajo de Piñas al galope, mientras Kutxi martillea su poesía del tiempo y de la vida.

Grueso suena “Muchas lanzas”, aunque el ritmo no desfallece con un Piñas contundente junto la batería de Alén más constante, alzan las guitarras la canción con esos arreglos y licks brillantes ante un Kutxi a pecho descubierto, rascando en lo autobiográfico y sin complacencia.

No puedo dejar de pensar en los Barricada de los años 90 al inicio de “Jindama”, un medio tiempo contundente, donde brilla el bajo de Piñas y la guitarra de Kolibrí, mientras Kutxi evoca a sus padres de la poesía hecha música: Rosendo, Iniesta, Yosi.

Bajando intensidad con “La noche de viernes santo” escuchamos un tema menos Marea en lo musical, con teclados de fondo y unas guitarras menos hirientes, dejando el peso en la batería de Alen y en la poesía costumbrista de Kutxi.

Un tema como “Ocho mares” nos arrastra a sus obras más recientes, con un riff principal simple y otros secundarios más incendiarios, con la muñeca de Kolibrí muy suelta, un Kutxi a pleno pulmón y el resto de la banda empujando sin parada.

Llegan a puertos musicales lejanos con “Copla el precipicio”, una canción que los seguidores madurados en sus batallas musicales les costará afrontar; tema con coros y teclados melodiosos, letra críptica, pero con gran labor compositiva y un Kolibrí brillante.

De su bandolera y enseña sacan su nuevo single “El temblor”, un clásico que saciará la sed y resecará las gargantas, rock directo para disfrutar y temblar cuerpos. Cae hondo al corazón el homenaje a los que ya no están en cuerpo, pero sí su alma con su duende, siendo “Pájaros viejos” una visión melancólica del paseo vital, atrapando al oyente ante un Kutxi emotivo y a una estructura musical bien asentada.

Cierran con la directa y correosa “Pecadores”, cantada y rasgada por Piñas, Marea clásico para su corte de bandoleros.

Portada simple y efectiva. Buen libreto. Producción excelente de Kolibrí.     

Más información: