Anathema 2017 The Optimist
Tras la pequeña decepción que me supuso su anterior obra Distant Satellites, esta nueva entrega eleva de nuevo mis expectativas aunque no llegue a las cotas de sus mejores obras. Según Vincent Cavanagh sería la continuación estilística de A fine day to exit, aunque a las primeras escuchas hacen pensar que algunos temas se quedaron fuera de ese disco, el tratamiento fue distinto para que ensamblaran con otros que siguen sus últimas tendencias.
 
Una pequeña intro que tiene como título las coordenadas de la playa del disco A fine…, abre para que la intensidad rock y las programaciones cabalguen juntas en “Leaving it behind”, siendo una de esas canciones que continúan la línea de su obra anterior.
 
De repente la tranquilidad del piano de Daniel Cavanagh y la voz de Lee Douglas nos abren los poros de la piel al iniciar “Endless ways”, todo un despliegue de sonidos y melodía muy en la línea del grupo, con gran labor de Cardoso y John Douglas; sería un single en toda regla.
 
Siguen el camino dado con la homónima “The optimist”, otro ejercicio resabido de piano, colchones de teclados y arreglos, voces expresivas de Vincent y Lee, y sí, mucha melodía y melancolía, con la estocada final en una afilada guitarra de Daniel. Aunque parece aumentar la velocidad en “San Francisco” con esa incesante melodía de piano, esta no deja de ser toda una alegoría de sintetizadores y programaciones que recuerda malamente a su obra anterior. El single “Springfield” está bien insertado dentro de la escucha global del disco conceptual, con ese piano simple y la voz de Lee acariciándote la mente; típica canción in crescendo que desemboca en una agitada guitarra y lamentos de Lee.
 
Quizás estando a mitad de la obra “Ghosts”  llegue a desesperar a alguien con tanto tempo medio lento y mucho teclado, aunque Lee haga una de sus principales interpretaciones vocales del disco. Si hay un tema que puede generar algo de polémica sería “Can’t let go”, y quizás motivos no le falten: sonido ochentero cruzando el límite entre el pop y el soft rock, con una batería machacona como su estribillo, pero que deleitará a los que gusten de un Vincent en estado vocal sublime. En cambio la jazzística “Close your eyes” a mi modo de entender sí resultará gratificante aunque sea su tema más lento, pues arriesgan mucho pero a la vez muestran fortaleza al arriesgarse a un tema en el que no hay guitarras y una Lee cálida y susurrante brilla más que nunca.
 
Oscura suena “Wildfires” con ese piano y voz de Daniel profundos, y que desemboca en un tema pesado y por momentos opresivo con ese ritmo machacón acentuado con las programaciones; final luminoso para empatar con el mar de inicio de “Back to the star”.Cierre del circulo iniciado en el 2001 y del disco, siendo una canción muy en su línea de medio tiempo con final brillante, inclusive esos arreglos muy Beatles siendo como son de Liverpool.
 
Para el final me reservo un detalle: el bajo de Jamie Cavanagh no se nota en la mayoría de los temas, ya sea porque no hiciese falta o por el uso o abuso de programaciones.
 
Portada oscura, libreto sin letras aunque lleno de fotos. Producción muy cuidada de Tony Doogan.
 
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