A estas alturas de la trayectoria de esta banda británica cualquier obra va poseer su grano de calidad, otra cosa es que guste más o menos a sus seguidores o que pueda convertirse en un clásico, pero va ser que "The Book of Souls" no alcanzará ese último estatus.
Antes de que se destapara la inminente grabación de este doble disco, la alarma cundió por el cáncer que tuvo que superar el cantante Bruce Dickinson y que tuvo a todos los seguidores en vilo.
Entrando en materia, lo primero que nos vamos a encontrar es un disco largo y denso por momentos, con lo que ya tenemos la primera piedra en el camino para poder convertirse en un clásico. La apertura con la larga “If eternity should fail” firmada por Bruce nos trae a unos Maiden clásicos, quizás con un sonido de guitarra algo diferente pero con una estructura y desarrollo de la canción muy de sus discos de mediados de los 80; la voz de Bruce está ciertamente bien y un estribillo bastante logrado.
Cuando te haces una idea de por dónde van tirar nos salen con el single “Speed of light”, canción directa firmada por Smith/Dickinson, con un riff matador y un estribillo contagioso, todo muy de su primera época pero con un sonido mucho más actual; y aquí es donde aparece otra piedra para convertirse en clásico, si los seguidores lo van a comprender. Aun así, este tema posee unas guitarras tremendas y una base rítmica rompedora, dejando la gran labor de Bruce en segundo plano.
Buscando mayor profundidad en su sonido despachan con energía “The great unkwown” con la firma de Smith/Harris, nos lleva por los Maiden actuales, escuchando a un gran Nicko tras su kit, con Bruce subido de tono sin desfallecer y unas guitarras que abarcan muchos espectros. Pequeño lucimiento de Harris (que firma la autoría) para adentrarnos en “The red and the black”, ritmo acompasado característico de estos británicos, melodía de guitarra pegadiza y despliegue de armonías para disfrute de los seguidores, es decir, se convertirá en pieza indiscutible para el directo con esos coros a pulmón abierto; estribillo extraño y agradable.
Cogen fuerza de nuevo con “When the river runs deep”, otra pieza de Smith/Harris que nos hace disfrutar de un mayor dinamismo en su estructura, con cambios de ritmo bien distribuidos, sonando muy heavy clásico y que los metalheads agradecerán mucho. Cerrando este primer cd nos llega “The book of souls”, canción de riff clásico y pesado, acolchado con teclados para una mayor intensidad coral, destacando la labor vocal de Bruce para darle dramatismo a la canción.
Abriendo el segundo cd “Death or glory” que firman Smith/Dickinson, vuelve a ser un punto alto en el disco, heavy metal made in Maiden, intensidad y rapidez, riff penetrante y estribillo de puños en alto. Casi de empatada nos sirven “Shadows of the valley”, gran tema firmado por Gers/Harris, canción con velocidad, sin altibajos y con buenas guitarras, quedando algo lineal la labor de Harris en el bajo, pero que no desentona para nada con la dinámica de esta larga canción.
Grata sorpresa es “Tears of a clown”, otra vez Smith/Harris, quizás de lo mejor del disco, unos Maiden sin corsés, muy melódicos y certeros con las guitarras, unos cambios de ritmo logrados, siendo un tema que posee todas las papeletas para ser un single cara a la galería. Siguen en estado de gracia con “The man of sorrows”, única aportación de Murray/Harris, que brilla tanto por la gran labor vocal de Bruce como la atmósfera que desprende la interpretación de toda la banda, con unos cambios de ritmo muy sugerentes, buenas armonías y un duo Nicko-Harris intenso.
La gran sorpresa final es cuando ese piano inicial de Bruce acompañado de orquesta abre para la titánica “Empire of the clouds”, un viaje de dieciocho minutos compuesto por el cantante que es para poner en altar de las mejores composiciones del grupo. Desde esa melodía de piano inicial, al desarrollo de la canción, con sus cambios de ritmo y melodías, con sus secciones casi de banda sonora, y que es para escucharlo una y otra vez sin cansarse. Y es en este arriesgado tema dónde radica la otra piedra por la cual no se convertirá en un clásico, su duración. Pero a favor tiene ese riesgo de hacer algo hasta ahora vetado en su discografía, y de lo cual salen muy bien parados por la calidad demostrada y por no cansar al oyente.
En resumen, buen disco pero con falta de coexión entre la sonoridad de algunos temas.
Producción buena, pero no brillante por alguna mezcla irregular. Portada y libreto sorprendente, con un Eddie de vuelta a sus orígenes.