JOVIAC Here and Now 2020

Muy grata escucha de este trío finés que gustará mucho tanto a los amantes del prog como del rock melódico y del hard rock. Parece ser una mezcla difícil de empastar, pero creo que escuchando la instrumental que abre este magnífico álbum, “Intro”, te haces una idea clara de lo que abarcan: esas guitarras y teclado muy de los ochenta pero sin filtros, una batería y bajo redondos, con ese in crescendo pegadizo que te lleva a ritmos casi latinos y llegando a un riff muy rockero que se despide hasta la entrada de la siguiente pieza.

“Straws” entra de lleno con ese riff potente y un bajo de Varjanne muy presente, mientras es acolchado por un teclado hipnótico y fortalecido por una batería de Fabritius llena de breaks y splash; cuando entra la voz potente y melódica de Wenttola todo se torna más hard, con buenos destellos instrumentales que toman mayor protagonismo, con un sobresaliente bajo y teclado, antes de comenzar el trepidante final del tema.

Te deja tan buena vibración, que cuando empieza a sonar la impactante “Black mirror” ya te han enganchado; uno de mis temas preferidos, rock, melodía, contundencia y grandes arreglos, con muy buenos cambios de ritmo y coros sobresalientes.

Abundan en la receta con “Here an Now”, otro alarde compositivo, con la batería de Fabritius rellenándolo todo, su mejor labor en el album, dejando al bajo de Varjanne el peso más grave; la gran labor guitarrera con diferentes riffs y armonías, con un solo exquisito en su parte central y una voz portentosa, hacen de Wenttola el centro de atención durante la escucha en su tema más largo, casi nueve minutos de disfrute técnico para los seguidores del prog.

Llega el single de presentación, “Decay”, pieza de una calidad sorprendente y que resume perfectamente su propuesta, con una batería de Fabritius y el bajo de Varjanne soberbios, mientras Wenttola canta en registros más graves, hasta la llegada de un estribillo más brillante, dando paso a ritmos más latinos donde todos se manejan con soltura; regresan con un poco de dureza al riff principal y rematan la canción con fuerza y técnica. No puedo dejar de pensar en Dry River luego de escucharla varias veces.

Cambian el registro hacia terrenos melódicos con “Crossfire”, un medio tiempo que se inicia con acústicas y una voz más brillante por parte de Wenttola, donde podemos disfrutar de buenos solos de guitarra, buenas transiciones que nos llevarán a una segunda parte más rápida y melodiosa, con la batería a pleno rendimiento y unos coros finales más que pegadizos. “Fade into the light” despide el álbum, un tema que se inicia lento, con esa candencia de las baladas AOR que en la voz de Wenttola queda perfecta; un in crescendo sonoro a base de capas de guitarra deriva en un riff hard, transformándose el tema en otro ejercicio instrumental brillante y melodioso, muy Van Halen de Sammy Hagar.

Portada sugerente. Producción excelente.

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