ELEPHANT TREE Habits

Vaya sorpresa en estos tiempos de confinamiento y claustrofobia, pues estos cuatro británicos te harán viajar más allá de las paredes de tu celda o morada, hacía un espacio lleno de nebulosas y galaxias.

Abren su tercera obra con la mini intro “Wake.repeat” que nos eleva a su single de presentación “Sails”, una preciosidad sonora cargada de melodía e intensidad, donde ese groove de la guitarra rítmica y el bajo son envueltas por las melosas voces de Jack Townley (Guitar) y Peter Holland (Bass), junto a un Sam Hart en la batería muy contundente en los platos, haciéndote salir de la estratosfera relajadamente; esos detalles del bajo, las guitarras sintetizadas de fondo, las armonías y esos riffs envolventes te pueden dejar perdido en el espacio.

“Faceless” te pilota hacia más allá de Plutón, cogiendo algo de velocidad en su ritmo, con pasajes más graves pero manteniendo la melosidad en las voces, con un bajo muy saturado que te recuerda al desierto de Dune y ese fondo cósmico de guitarra sintetizada. Sales de la Vía Láctea cuando suena “Exit the soul”, con un comienzo contundente y certero riff, que dará paso a un desarrollo lento y lúgubre ante esa visión de alejamiento vital, mezclado con sonidos muy espaciales bajo un manto de saturación comprimida y unas voces melancólicas que te llevan al final de la canción con cierto desasosiego.

Las cuerdas de nylon junto una voz más abierta nos trae “The fall chorus”, una auténtica delicia con la colaboración de su productor y cuarto miembro Riley Macintyre en el violín, dando una sensación bucólica espacial, con esas armonías vocales muy características del folk inglés, llenando de luz ese viaje por la oscuridad del cosmos.

Dejamos la Galaxia de Barnard para avanzar con “Bird” hacia Andrómeda, mientras las voces de Holland y Townley nos abren la mente, estimulados por la batería de Hart surgen esos ritmos que te evocan a Tool, con el bajo muy presente sin saturación, guitarras etéreas y un juego de intensidades que te hacen dilatar tus pupilas auditivas; una explosiva supernova te arrastra durante ese final saturado y sintetizado, dejándote absorto.

Aquí ya te sientes perdido cuando arranca la gruesa “Wasted”, un juego de stoner alternativo con voces brillantes en contraste con las saturaciones del bajo, recreándose con riffs pesados y fondos reverberantes, llevándote a un punto de no retorno.

“Broken nails” crea un efecto de perdida y melancolía, como un final de película donde solo queda el oscuro espacio; la acústica protagoniza el inicio junto voces clericales, volviéndose todo más oscuro cuando la guitarra eléctrica y el bajo entran pesadamente junto a la batería, arrastrándonos con lentitud hacia un agujero negro, pudiendo provocar volver a empezar de nuevo este viaje… o seguir.

Portada psicodélica. Producción muy buena.   

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