KAMCHATKA 2019

Séptima obra del trío sueco capitaneado por el guitarrista y cantante Juneor, acompañado por su inseparable batería Tobias y al que se les unión hace unos años Per Wiberg al bajo. Lo que uno se va encontrar es blues rock musculoso, que ya lo palpas cuando inician este disco con la poderosa y corta “Blues Science part I, Thunder Rising”, como un guiño a Lemmy pasando por los Thin Lizzy. De seguido se adentran más si cabe en el universo Hendrix con “Blues Science part II, Hoodo Lightning”, con ese riff de guitarra pesado bien secundado por el bajo de Per y una dinámica batería de Tobias.

Se abren a nuevas sensaciones blues rock con la rítmica “Fool”, un bonito ejercicio de ritmo continuo con ese riff pétreo y un estribillo fuera de lo común, aparte de esa sección de guitarra llena de influencias clásicas del blues rock.

Más gruesa suena “Rainbow ridge”, con la voz de Juneor más grave en su inicio, con su guitarra esculpiendo eso licks blues rock escuela británica, sumergiéndolos en el wah-wah unas veces y pasando por el fuzz otras. Más hard es “Supersonic universe”, más setentero, con una batería abierta de Tobias surcando pasajes que te pueden recordar a los Whitesnake de la primera época, y que vuelve a tener como protagonista la labor vocal y de guitarra de Juneor.

“Monster” suena fuerte, contrasta con un tono de voz menos agresivo por parte de Juneor, jugando con el blues rock menos sucio, destacando los cambios de ritmo de la batería de Tobias y el estribillo pegadizo; el solo final logrado.

Más enérgica suena “Let it roll”, una canción blues rock con tintes hard, donde el bajo de Per suena contundente, la voz surcando hard rock y la guitarra agresiva con un solo de lo más reseñable del disco; uno de mis temas preferidos.

Armonioso suena el inicio de “Stay in the wind”, tema con un groove conseguido, sonando todo muy hermético y contundente, como en los medios tiempos zeppelianos, y es que tanto Tobias como Per aguantan el tipo ante los destellos vocales y de guitarra de Juneor.

La guitarra suena fuerte al oir el riff que inicia “El hombre dorado”, canción de la escuela Trower, con un estribillo pegadizo y otra labor de guitarra más que brillante.

El broche lo hacen con brillo, “A drifters tale”, otro de mis temas favoritos con ese riff contagioso, una batería muy dinámica y un bajo contundente, mientras la voz de Juneor suena de lujo y de su guitarra consigue sacar punteos con gran melodía que emocionan.

Portada lograda. Producción cruda y muy buena.     

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