Nuevo grupo tributo formado por pesos pesados del elenco musical ferrolano, dedicado a Rory Gallagher, ya sabéis, el irlandés de Cork (Ballyshannon, Irlanda 1948- Londres, Inglaterra 1995). Una de esas estrellas fulminantes (murió a los 47 años), que no fugaces, del blues rock y hard rock.
He de confesar que con este intérprete me pasa lo mismo que con Phil Lynott, casualmente otro irlandés, que los conocí tarde. A Phil ya próxima la treintena gracias a las audiciones del FAR –Charly Domínguez- y a Rory ya bien entrada gracias a las pinchadas del Indiana, el gemelo vintage del FAR que los veteranos de finales de los 90 y principios de los 2000 aún recordaréis en Ourense, especialmente en la época en que lo llevó Carlos Mitocondria. Así que mi conocimiento de Rory es bastante corto desde un punto de vista “erudito”, por llamarle de alguna forma.
Que Tony Torres y Jorge Bakero son grandes fans de Rory no es un secreto, basta echar un vistazo al repertorio habitual de la Five Strings Band para percatarse de la versión del “Bad Penny” que han grabado (Mr. Moore, 2012) y que llevan en sus conciertos. Así que nada de extraño tiene que el guitarrista ferrolano se alinease con dos gigantes de la interpretación de la ciudad exdepartamental como César Toimil (batería) y Juan Satanyco (bajo; Satán y Coplán, Pölisong) y se trajese de la Five la tremenda capacidad vocal de Jorge para montar este tributo.
Arrancaron con “Shadow Play”, el sexto corte de Photo-Finish (1978) es un auténtico petardazo de ritmo, dureza y psicodelia y uno de los pocos temas de Rory que yo conocía antes de saber de él, aunque no supiese de quien era, para seguir con “Cradle Rock”, “Moonchild”, “Philby” y, por llevar más adelante su etapa más hardrockera de “Do you read me”.
Turno para “I fall apart”, de su etapa bluesrockera este tercer corte del “Rory Gallagher” (1971), y siguiendo con “Bad Penny”, el tema que conozco gracias a la versión de la Five, “Tatoo Lady”, “Signals”, “Easy come Easy go” (ambos del “Jinx”, 1982,), “Secret Agent”, y “Double Visión”. A estas alturas la sala retumbaba con los temas y el público lo disfrutaba de lo lindo, así como el grupo.
“Whats Going on” fue el tema que trajeron a colación de la etapa de Rory en Taste (“On the boards”, 1970) y lo siguió el “Follow me”, uno de esos temas con los que me ocurre que los conozco antes que el artista, y con “Shin Kicker” y “Road to hell” finalizaron este repaso por el repertorio del irlandés.
A la banda los temas le salen naturales, como un torrente. Basta ver la expresión de felicidad de Tony mientras realiza su papel a las seis cuerdas, con una mimetización perfecta en la ejecución, transmitiendo ese nervio y ese gusto que tenían las producciones de Gallagher. Nada que decir del trabajo vocal de Jorge Bakero, o tal vez decirlo todo, para muestra la ejecución del “Follow me”, en la que se salió. El grupo en conjunto realiza una elaboración no sólo digna, sino sobresaliente de una discografía que se nota que adora.
Cuatro semanas después asistí a otra actuación del grupo en La Doom Biker Bar, con motivo de una fiesta de la cerveza, que fue incluso más sobresaliente que esta. No digo más.
Delenda est sistema.