Esperaba con ilusión y ganas volver disfrutar de estos madrileños que desde su gira del 2013 en la extinta sala Berlín de Ourense no los veía. Ironía el hecho de que su último disco se titule Berlín y que me ha parecido increíble.

Sin teloneros y con una sobria puesta en escena, con un telón invernal de fondo y sin amplificadores llenando el escenario, nos saludan al salir mientras suena la sintonía que inicia “Persiste, insiste, repite”, todo un aluvión de metal duro para provocar a los seguidores, con Molly incitando a gritar sin dejar de moverse por el escenario.

Sin descanso “Tu destino” le sigue, donde tenemos la impresión de que la voz de Molly no sale con toda la fuerza y nitidez necesaria, pero que se suple por un Paco potente y un Alvaro conciso. Muy bien recibida es “Eclipse”, otro tema importante de su última obra, que sonó increíble con las guitarras de Luis y Ken muy compenetradas; Molly no dejaba de gesticular y subir a su pequeña plataforma para arengar a los presentes.

Saltos y coros cuando interpretan “Vivir es una solución”, con Luis muy activo y Paco sonriendo todo el rato. Le sigue “Denuncio a Dios” con lo que las primeras filas siguen con esa locura desatada anteriormente, empujones y saltos para calentar más el ambiente. Molly pide silencio para iniciar “Salvajes”, tema que fue muy coreado en su estribillo y que la banda palpa lo bien que es recibida con una tanda de aplausos a su remate.

Quizás “Abandonais” no sonó tan bien como cabría esperar, sobre todo la guitarra de Luis y la voz de Molly en algunos pasajes, pero tanta brutalidad puede llevar a ello. Mejoró el sonido con “El principio de un comienzo”, con un Paco muy centrado ante esa velocidad y un Álvaro desmelenado sobre su bajo cuando toma protagonismo, mientras Molly no deja de deambular por el escenario mientras se desgañita en sus versos finales.

Palabras del cantante agradeciendo el recibimiento del nuevo disco y así como los que siguen al grupo, y presenta “Libertad” como siguiente descarga, que cae con brutalidad ante los presentes, avisando Molly que van romper cuellos y creo que a alguno de los congregados le quedaron secuelas. “Mi religión” sonó fuerte, con el cantante saludando a las primeras filas con las palmas de las manos o los puños, una comunión perfecta. Molly se dirige al público para pedir palmas al inicio de la impresionante “Héroe”, que recibe su respuesta calurosa, sonando potente y cruda, con Molly pletórico junto a un jovial Luis.  

Aquí tengo que hacer referencia a unos personajes que estaban cerca de las primeras filas y que se dedicaron a molestar al resto con empujones sin venir a cuento, o se enzarzaban en una supuesta lucha greco-romana mientras el resto de retrasados los animaban; en fin, una pena que a partir de aquí deslució el desarrollo del concierto.

Luis se sube a la plataforma de Molly para iniciar “Limítate” y empiezan de nuevo los saltos y empujones, con Molly nuevamente interactuando con las primeras filas, alargando su parte central para crear más climax. También empiezan los primeros escarceos de moshing que luego serán constantes durante el resto del show. La siguiente en caer es “Antes y después”, cantada por casi todos y que eleva la temperatura del concierto, y que a mi particularmente sacia mi ansiedad después de no oírla desde hace años en directo. Ovación del público y caras de alegría en la banda.

Patas arriba se puso la sala ante el inicio de “Tu medicina”, momento álgido del concierto, con Molly nuevamente esplendido y Luis acosando las primeras filas, mientras Ken se deja deslizar por el escenario y Álvaro busca complicidad al borde del mismo. Más dura suena “Un mundo en pausa”, quizás superando la original, con una batería de Paco más contundente y las guitarras más gruesas, dejando muy buenas sensaciones. La locura se desata cuando Molly grita “Irracional” y todo se vuelve un kaos, con pequeñas avalanchas y moshing continuo; Luis no deja de sonreir en complicidad con Paco y Álvaro, y que marca la primera despedida a camerinos empapados en sudor.

Pasados unos pocos minutos vuelven saludando a las primeras filas y comienzan con “Imaginé”, donde pude notar el gran recibimiento que tiene la canción entre el sector femenino presente, cantando toda la letra y saltando por momentos. Se sube Luis a la plataforma para iniciar el famoso y más que reconocible riff de “J.F.”, que hace explosionar la sala con todos cantando y algunos saltando, se nota que algunos ya empezamos a entrar en edades más delicadas. Se acerca el final con “Habitación 106” que provoca en las primeras filas el braceo descontrolado y los empujones por doquier, como si el final del mundo se acercase sin remisión.

Cuando pensaba que aquí se acababa todo, nos regalan para disfrute de todos “Egoismo”, con lo que la locura se alarga un poco más, gritando a muerte su estribillo mientras saltan los líquidos de sus continentes y otros agitan los cuellos; increíble final que se traduce en ovación y aplausos.

Siguen siendo una banda de directo impecable, que saca discos más que honrosos y que saben cómo mutarse musicalmente sin perder su alma, por lo que mantienen su fidelidad con sus seguidores y conseguir nuevos.

Puedes leer nuestra reseña de su disco "Berlin" en el siguiente enlace: