El grupo vizcaitarra de punk rock saca al mercado su segundo disco. Sonido potente, rapidez y letras más incisivas, son las características de esta nueva entrega de los vizcaínos.

Once temas que te arrastraran sin descanso, y con la colaboración de varios cantantes sobradamente conocidos del panorama musical actual. Colaboraciones que ponen la guinda a un trabajo muy bien producido y que pondrá los pelos de punta a más de uno.

El disco empieza con 'Hormigas', un principio metalero que da paso a una potente canción avisando a los dirigentes de las consecuencias de sus actos. 'Fake news' se hace eco del mundo artificial en el que nos quieren hacer vivir.

Con 'Antigeneración' intentan hacer un guiño a los que empezaron con esta locura del punk, y que seguirían vomitando las mismas letras, totalmente vigentes en la actualidad. Para ello contaron con la voz aterciopelada de Txarly Usher, un gran tipo y un exprimidor de sentimientos en potencia.

'Mundo competeción' critica la obsesión por ser un triunfador en este mundo elitista. Aprender a vivir con los fracasos es su propósito. Con la iglesia hemos topado, 'Herejes'. En este tema hay una total descarga de mala ostia en relación a los poderes de la iglesia. Txarly Usher, mena Manifa, Podri Ratzinger y Beltza Barbakore pusieron las voces a este tema, el más corto del disco, pero también el más intenso.

Continuan con 'Mina izutzen du', que le da un pequeño respiro al disco sin perder la contundencia. Un tema cantado en euskera y cuya letra la hizo Miryan Berreteaga. 'Corto y cierro' anima a deshacernos de nuestra vida en la red, y  a vivir de verdad, cara a cara y con el contacto de la gente.

Para el tema que sigue, 'Todo es nada', cuentan con la colaboración de Josu Parabellum que supo moldear la voz a la perfección en un tema que parecía estar escrito para él. Muy grande. Algo de calma al principio, para acabar gritando al desamor más crudo.

Con 'Ciudad de los demonios' y 'Condenados al abismo', dan paso ya al último tema del disco, 'Disturbios'. Una canción de punk ochentero, que describe las batallas vividas en la calle por miles de personas, luchando por sus derechos, algo que realmente, hoy en día, se echa de menos. Como no podía ser de otra manera, Koex le puso la voz con la colaboración de Podri Ratzinger, dos bestias vomitando mala leche y un colofón para el disco que no pasará inadvertido.

Más información: