Steven Wilson To the bone
Asustado me tenía cuando salió “Permanating” como single, me temía que se adentrara en el mundo del sintetizador y programaciones, pero la escucha casi diaria de esta nueva obra me ha llenado bastante. Tengo que decir que es su disco más pop y a la vez más audible.
 
La temática del disco gira entorno a un refugiado islamista en Europa y aun teniendo una temática conceptual en su historia, el disco se desgrana en canciones individuales, continuando la línea de su larga duración anterior.
 
Abre con “To the bone”, con percusiones hipnóticas de Pete Eckford y la harmónica de Mark Feltham (Talk,Talk; Nine Below Zero y un largo etc) llenando toda la interpretación de esta canción amena. Esto avisa bien de que va ir la historia de este disco, pop sofisticado, por momentos minimalista y ambiental, con poco espacio para el prog.
 
Su cuarto single es “Nowhere now”, luminosa canción pop rock mezcla de un Mike Olfield con Tears For Fears, destacando el batería Jeremy Stacey. La preciosa “Pariah” fue el primer avance del disco y por supuesto llena las expectativas ya solo con la labor vocal de Ninet Tayeb; canción lenta y profunda. Nos llega “The same asylum as before”, muy en la línea sinfónica de Wilson, con un estribillo muy pegadizo y gran labor vocal de Steven.
 
Llega una de mis favoritas, “Refuge”, con ese inicio lento de piano de Adam Holzman que va subiendo poco a poco, la mejor interpretación vocal de Steven, solo de harmónica abrasador, y el solo de guitarra a cargo del ingeniero de sonido Paul Stacey; final sublime.
 
Tenía que llegar el pero, y “Permanating” se lleva el premio a una de las peores canciones de Wilson, no por la composición, si no porque se aleja completamente del entramado sonoro del disco, pues no creo equivocarme que esta mezcla de ABBA con ELO no se da digerido bien.
 
La minimalista y pastoral “Blank tapes” te relaja del susto, con otra aportación extraordinaria de Ninet Tayed en las voces. Levanta el espíritu con su canción más feroz, “People who eat darkness”, pop británico contemporáneo trepidante, con un Wilson transgresivo en lo vocal dejándose arrastrar por los cambios de atmósferas provocadas por el batería Craig Blundell y el Fender Rhoades de Adam Holzman.
 
Presentada como segundo single, “Song of I” es su canción más opresiva a pesar de los arreglos de cuerda y la candidez de la voz de Sophie Hunger, con ese ritmo monótono y unas programaciones muy del estilo new wave.
 
El caramelo para los seguidores del pasado musical de Steven llega con “Detonation”, su canción más larga, dando rienda suelta a pasajes instrumentales diversos: percusiones, arreglos de cuerda, una gran labor de Adam Holzman a los teclados y un increíble solo de guitarra de David Kollar.
 
El cierre lo hace con una evocadora “Song of unborn”, con esos coros celestiales y una melodía muy Wilson que te lleva a un final feliz.
 
Portada y libreto muy cuidados. Producción excelente del propio Steven Wilson.
 
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