Hoy nos detenemos en el estreno en solitario, del que fuera guitarrista, compositor y vocalista del grupo inglés, The Dogs D'Amour. Hablamos de Tyla J. Pallas, que en esta ocasión se aparta de la actitud e interpretación glam-rock de su banda madre y se escora más hacia el clasicismo folk, blues y rock que vacas sagradas como Dylan y Neil Young desarrollaron durante los años 70s. No debemos olvidarnos tampoco de la influencia que despierta en nuestro hombre, el buen hacer de otros obreros y románticos del rock, como son Keith Richards o Nikki Sudden en los siempre reivindicables Jacobites.

Con una dilatada discografía a sus espaldas que llega practicamente a nuestros días, reconocemos que también hay mucha “paja” en los cancioneros que este inglés lleva editando en solitario desde el año 1994. Esta ópera prima, titulada “The Life & Times Of A Ballad Monger”, es desde luego una excepción. Aunque es cierto que existen algunas piezas con un marcado acento comercial, la “suciedad” u oscuridad de su sonido junto a la arguardentosa voz de Tyla, equilibran el conjunto.

Instrumentalmente, nos encontramos con rondas de acordes acústicos, con el colchón armónico que aporta el órgano Hammond, con unas líneas de bajo que transpiran blues y con unas guitarras eléctricas que se dedican a repartir riffs y solos junto a unos ritmos de batería contenidos.

El trío de ases lo encontramos en las baladas “All You Had” - con armónica plañidera incluida – en los coros femeninos espirituales que se añaden en “Bloody Mary” o en el piano de “Where Were You”. Estos son de los temas con más instrumentación que vamos a encontrar.

No es este un disco feliz y la desolación más acústica que parece presidida por continuos acordes menores, la encontramos en las tiernas y delicadas tonadas, tituladas “The Adultra” - que cuenta con el espinoso sonido extraído de la técnica deslizante de guitarra – o en el efecto de modulación de guitarra eléctrica que escuchamos en “Throw It All Away”; unos armónicos iniciales de guitarra presentan el tema “Hard To Leave This World”, mientras que “The Whisper” es un blues arcaico que bien podría ser concebido en los años 40s, pero sin perder esa electricidad pantanosa que lo caracteriza. El álbum, se cierra con una pieza en la que Tyla recita unas líneas a modo de poema en poco más de un minuto, para regresar en el minuto 03:10, con una pista oculta de espíritu tabernario, que parece grabada en directo, a dos voces y a dos guitarras acústicas.

Yo no sé ustedes, pero a mí, cada vez me resulta más complicado descubrir artistas de este pelaje, que comulgaban en su vida diaria con el rock,n,roll romántico y decadente que practicaban. Creo que ellos son la base de ese rock canalla, callejero y tabernario que malditos como Johnny Thunders, Steve Battors, The Quireboys o los actuales Guttercats desarrollan. Los anti-héroes y obreros del rock tan necesarios, que suelen verse en garitos de mala muerte por cuatro pavos. Una especie en extinción.

 

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https://tylasdogsdamour.bandcamp.com/album/the-life-times-of-a-ballad-monger