Los gaditanos regresan luego de la pandemia con una nueva obra en la que se abren a sonoridades, con menos poso de rock sureño de sus obras pretéritas, y con mayor carga melódica. Esto se refleja ya en su primer tema, “Apache”, con la versátil voz de Jaime sobrevolando a lo largo de esta intensa canción, con pasajes más elaborados en las armonías de guitarra de Nando y una batería más pesada de Rafa; gran tema.
Le sigue “Hurricane”, single de presentación, donde la banda pone más hincapié en esa búsqueda sonora, con un bajo muy presente de Sergio, buenas guitarras dobladas pero con rítmicas menos marcadas, y por supuesto, melodiosas armonías y estribillo poderoso, que te recordará a bandas como Heart o unos Fleetwood Mac vitaminados.
Lento inicio para “One lasting light”, que se convierte en una potente y rockera canción llena de ritmo, con estribillo pegadizo, arreglos de guitarra precisos y juego de intensidades altas muy logrado, como si Bryan Adams los apadrinara; otro gran tema.
Ahora si bajan algo las revoluciones con “What’s going on”, ese medio tiempo casi baladístico del rock americano, con un Jaime brillante en su interpretación y que se disfrutará mucho si eres seguidor de los Tyler y compañía de la última etapa de esplendor.
Mantienen esa línea con “Fireworks”, pero con más profundidad y rotundidad en la interpretación, y algo más lenta que la anterior; aquí lo que prevalece es la intensidad y el dramatismo que tan buen resultado les dio a los Aerosmith de finales de los ochenta, siendo un gran tema.
“Writing’s on the Wall” recupera a los Electric Alley más genuinos, con ese rock americano de tintes sureños, aquellos Black Crowes o Mother Station de los noventa; batería de Rafa increíble, buenos coros y unas guitarras clásicas hacen de este tema de lo mejor del disco.
Cogen vigor cuando suena “Make it through the night”, con Jaime demostrando sus cualidades vocales, y que junto con una potente base rítmica aportada por Sergio y Rafa, da como fruto un gran tema de rock sin concesiones. Con “All the way” encontraremos su canción más rockera, una vuelta a sus inicios, con esos estribillos estirados y esa rapidez que a lo largo de este disco se echaba en falta, y que dejará más que satisfechos a sus seguidores más veteranos.
Muy directa entra “Son of a gun”, quizás tirando un poco al sonido de las bandas nórdicas de principios del siglo XXI (Diamond Dogs o The Hellacopters), pero que la voz de Jaime y el bajo de Sergio le dan su impronta.
El cierre es con una lenta pero enérgica “Bliss”, gran canción donde se puede disfrutar de un Jaime inmenso, unos cambios de ritmo muy buenos, la guitarra de Nando ofreciendo buenos vibratos y unos coros que engrandecen su escucha; sin duda un final épico y grandilocuente.
Portada normal. Producción excelente. Gustará a los que disfruten del rock americano en todas sus derivas: Aerosmith, Heart, Tesla o Tyketto.