Noche de jueves, rondan las nueve en el reloj y en las tablas de la Sala Capitol despierta una nueva edición del Outono Códax Festival. Son ya, nada más y nada menos que, 7 años disfrutando de este evento. Es casi imposible desconocer, a estas alturas, al que podría considerarse el encuentro musical más importante del año en la capital de Galicia.
 

El Outono abre, en su estación pertinente, a lo grande, la temporada de conciertos en la ciudad. Esta vez viene cargado hasta arriba: inundará la Sala Capitol con 5 citas, ineludibles, por supuesto, en las que, seguramente, todo el que asista descubrirá, como mínimo, a un grupo que le valga "la pena" y de cuya existencia, posiblemente, no tuviese ni la más remota idea.

Esta es la magia del Outono, un ciclo que reúne a generaciones lejanas en apariencia, que acerca notas, añejas, de música negra; notas que, haciendo gala de su eternidad, se vuelven contemporáneas en el directo; compases escritos con todas las letras del soul, interpretados en un mar de estilos musicales que conviven con sutileza, elegancia, sin molestarse y en perfecta armonía. El resultado es un auténtico lujo para los sentidos de quien ha decido apostar por él.

En cada edición de este festival, impulsado por Raíña Productions y A Reixa, siempre hay un asiento reservado para la escena local. Este detalle es de agradecer ya que si nadie se acordase de los que hacen música en su ciudad, nunca existiría una cultura musical allí y mucho menos ese lugar como referente musical. En esta ocasión jugarán en casa Mad Martin Trío (rockabilly), Lar&Freire (blues-rock) y los encargados de encender las luces en este primer concierto: Cachas&Cousins.

Resulta complicado abrir un festival, ser el primero en pisar un escenario por el que desfilarán artistas con mayúsculas, de una calidad envidiablemente sana; hacerlo a una hora a la que, incluso, está prohibido llamar noche; una hora en la cual la mitad de los asistentes estará aún saliendo del curro con las prisas en el móvil del "¿dónde coño estás? ¡Esto está a punto de empezar!". Cachas&Cousins, grupo formado en 2014, comenzó a tocar con un público entumecido, prácticamente helado, que todavía estaba encontrando su sitio en la Capitol. Lo hicieron con un repertorio de medios tiempos en los que se respiraban bocanadas de Jamaica con una buena dosis de Lovers Rock y RockSteady. La formación, de 8 componentes, gira entorno a las voces de Neréa Bello y Dolores Rey que se complementan muy bien, a todos los niveles, pareciendo disfrutar de cada tema en el escenario. "Non falamos moito porque non temos moito tempo": efectivamente, fueron 45 minutos de canción tras canción que el público agradeció haciendo los coros demostrando así la buena acogida que tienen los compostelanos entre su gente. Quedaba abierta la veda...

Y nos dieron las diez y a la mesa llamó con firmeza el plato fuerte de la jornada.

PP Arnold, conocida en su casa a la hora de comer como Patricia Ann Cole, nace en Los Ángeles en 1946. Su voz se viste, como casi todas las de su época, de góspel en la iglesia de la esquina. A partir de ahí, su camino se cruzará con algunos de los más grandes de la época. Es de bien nacidos ser agradecidos por eso, "Pipi" (vamos a evitar las temidas siglas), apenas iniciado el concierto, se acuerda, con tintes de sentido homenaje, en River Deep And Mountain High, de una tal Tina Turner para quien empezó haciendo coros en el famoso trío de voces The Ikettes. En otro punto del repertorio, es el turno para Mick Jagger afirmando que la canción que va a interpretar (Am I Still Dreaming) la escribió estando con él; y es que fue el productor de los Rolling quien, al verla con Tina, decidió, sin dudarlo, apostar por su carrera en solitario. 1966, Pipi había llegado a las islas británicas para dar el gran salto mortal.

De todo esto podríais deducir, y estaríais de lleno equivocados, que esta mujer fue alguien en otro tiempo y no es más que un recuerdo en la actualidad. En los noventa, grupos como Oasis y Ocean Color Scene se acordaron de ella: con los primeros colaboró en varias ocasiones  y los segundos vienen siendo la banda que la acompaña en una gira europea de la que forma parte este concierto. Además, en los últimos años, ha colaborado en los espectáculos que Roger Waters (sobran las presentaciones) realiza por todo el mundo.

Pipi Arnold es una voz que ha envejecido con clase; no voy a decir que sea la misma de su juventud pero sí afirmaré que es la líder indiscutible de la banda. Cuenta con el apoyo de una corista impresionante, CoCo Malone, tal y como demostró dejando muda la sala en un tema en solitario durante el concierto, y de un guitarrista, Jake Fletcher, que, aparte de desbordar estilo y personalidad en las seis cuerdas de su telecaster, aporta un registro muy interesante para conformar ese todo llamado línea vocal del grupo. Una pena que el sonido nos impidiese disfrutar plenamente del encuentro de estas tres voces. A quien sí escuchamos, como si fuesen truenos, fue a Fred Ansell a los teclados: su misión es llenarlo todo y, si no lo consigue, Andy Flynn, al bajo, y Tony Coote, a la batería, se encargan de cerrar filas para redondear el sonido.

En todo momento, el grupo mira a Pipi, es el referente; una mujer que nunca se olvida la sonrisa en el camerino, que interactúa con la gente al terminar cada canción, sin prisa aparente por comenzar la siguiente, que lo hace en castellano, con esfuerzo y la ayuda de un público que sabe valorar el detalle. Y es que Pipi parece hablar como si nos conociese a todos; su mirada revela, sin duda alguna, el estar disfrutando cada instante de escenario como si tuviese veinte años y se encontrase entre amigos. Esa es la templanza y el saber estar de quien se ha bebido la música durante más de 50 años y cada trago le ha sentado siempre como anillo al dedo.

En cuanto al conjunto, es una mezcla curiosa: tenemos a un cuarteto de músicos que suenan a un rock de los setenta con un deje profundo a su procedencia, Ocean Color Scene, diluyéndose con gusto y facilidad en el soul sesentero de Pipi Arnold. Como ya hemos dicho, durante el concierto hubo momentos para "hablar" de sus coetáneos y de las personas que han pasado por su vida: la noche nos trajo a Stevie Wonder con Uptight, nos recordó quién era Chip Taylor en un cien veces versionado Angel of the Morning, nos evocó a su amigo Eric Clapton en anécdotas y, como no, a Aretha Franklin, su favorita, con un bien ejecutado You Make Me Feel Like A Natural Woman. Y es que el setlist fue, ni más ni menos, leerse de una sentada el diario de una artista cuya vida se pronuncia música en cualquier idioma que se precie.

Sin embargo, todo lo que sube, baja aunque lo haga desde muy arriba; con el más conocido de sus temas, ese regalo de Cat Stevens llamado First Cut Is The Deepest, llegamos al final de este su libro musicado. En la contraportada, dos párrafos de excelencia conocidos como bises y leidos en clave de ovación sentida: You Can't Always Get What You Want de los Rolling Stones yTin Soldier de Small Faces.

Hemos gastado una bala pero quedan 4 más para disfrutar de este Outono así que aprovechadlas y no falléis.

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