Importante cita teníamos en diciembre para ver el que podría ser el fin de gira de los vigueses Aphonnic ante su público, aunque después se le han añadido fechas en otras localidades por su éxito tanto en disco como en directo. Como invitados especiales los metaleros catalanes InMune, que están comandados por el soberbio Morti (El Fantástico Hombre Bala, Skizoo).
 
Abriendo su concierto con la enérgica “Caes, Caes, Caes” intentaron llevarse a su terreno al público que casi llenaba la sala. Morti demuestra que tiene una buena planta encima de las tablas, aguanta cualquier envite, ya sea recreándose con su micrófono en “Ya no me importa” o gesticulando cual poseso cuando una pesada “Bendita demencia” aporta al devenir del concierto una mayor oscuridad.
 
Algo falla en el equipo de Morti, pero da igual, hay que seguir, y con una potente “Seres únicos” donde brilla tras los parches Carlos Dogliani y la guitarra del enorme Paulo Morete. Durante todo el set se puede apreciar el gran disfrute del otro guitarrista Micki Vega, animando todo el tiempo al público, ya sea incitando a saltar durante la corrosiva “El tiempo no existe” o una explosiva “Más allá”, donde en esta última Morti nos vuelve a demostrar sus grandes cualidades vocales e interpretativas.
 
El público está entregado cuando suena “Llegaré hasta ti”, canción que en directo crear un halo muy especial entre el público y Morti, agitando las palmas y los cuellos de las primeras filas. Pasa lo mismo con la emotiva “Sirenas”, donde hace cómplice al público para que cante el estribillo a capela. Para los bises se dejan una tripleta de gran calado, arrancando con la potente “Ilumíname”, provocando saltos al borde del escenario. Le sigue una oscura “Circo de terror” y acaban con la grandiosa “Universal”. Aplausos y agradecimientos mutuos. Una espinita que me he quitado de encima.
 
Inmune
 
Se hizo algo larga la espera para que salieran los anfitriones de esta noche, y había muchas ganas de felicitarles por este año crucial en su carrera. Salen con la intro los tres músicos entre una más que calurosa bienvenida e inician los compases que empataran con “Oso color salmón” y la salida a escena de su capitán Chechu. Sin palabras la respuesta del público cantando toda la letra, y la cara de su bajista Richy ante esa respuesta. Primeras palabras de agradecimiento de un casi emocionado Chechu y arrancan “Aquellos maravillosos” con las primeras filas saltando, mientras la cara de su guitarrista Iago muestra una sonrisa cómplice; este tema en directo gana mucha más dinámica y gusta mucho a sus seguidores.
 
Se me pone la piel de gallina cuando Alen inicia “Amarga despedida”, una canción llena de sentimiento y tristeza pero que en directo escupe rabia y melancolía, y que es recibida con alborozo. Interacción con los que llenábamos la sala, humor e ironía para la caliente “Amantes”, con los presentes haciendo coros y un Alén muy activo tras la batería. Siguen caldeando más el ambiente cuando atacan con una más abrasiva “Ahora que tengo 33”, con la garganta de Chechu en forma y respaldado en los coros por Richy.
 
Llega el momento para los seguidores más veteranos de la banda cuando interpretan “Es lo suyo”, con dedicatoria incluida para ellos, sonando mucho más potente en la guitarra de Iago y en la voz de Chechu, recibiendo una merecida ovación al remate del mismo. Sin tiempo y cuando la intro disparada de “Mi capitán” suena, la sala brama, es uno de sus temas bandera y lo saben, con un Chechu al borde del escenario y provocando que las primeras filas hagan pogo y canten hasta la extenuación; brutal descarga. Palabras del cantante y del bajista para con el público sobre lo grande que ha sido este año 2017 y lo agradecidos que están por todo. Bestial es lo que nos ofrecen a continuación, y es que “Luz y Fer” arrasa como ha hecho desde que la publicaron en Héroes, y ha estado en su set desde entonces: agresividad y melodía arrastrándote a la locura.
 
Aphonnic
Aphonnic. Archivo
 
El sudor era latente en una noche fría de diciembre, pero había que hacer explotar la olla que era la sala Master: primero con un alegato de Chechu al apoyo de bandas incipientes, por otro dejar el mamoneo a las seudo vacas (sin leche) sagradas del rock patrio apoyados por la chupa prensa que los mantiene, y para ellos va “Ombligos”; ni decir tiene que la ovación fue larga y la interpretación una bomba de agresividad. Me gustó mucho la interpretación de “58 hombres y 14 mujeres”, intensa y con un Chechu en la voz muy resolutivo, dada la complejidad vocal del tema, y con la sala coreando el final.
 
Como si de un respiro se tratase luego de tanta agresividad, “La deseada” inunda de melodía la sala, con el público apoyando los coros y las palmas cuando Richy los anima. Sin respiro llega otro plato fuerte con “Cunfia”, esa alegoría a la amistad que cantan todos sin respiro, apurando sus últimos tragos y que recibe una gran ovación a su fin. Aquí llega la sorpresa de la noche cuando mandan subir al escenario a Pablo Hidalgo (amigo personal de la banda desde su inicio) para entregarle una foto realizada en ese mismo lugar la vez anterior, y aprovecharon para hacerse otra. Abrazos y emociones con un caluroso aplauso de toda la sala.
 
Con dedicatoria al barbalampiño de la Moncloa arremeten con “Honrada avestruz”, recuperando el pulso perdido en el homenaje anterior, sobre todo con ese final asesino. Más duro sonó “Fruta fresca”, increíble momento con un Chechu muy entregado a la causa, respaldado por Richy y Iago moviéndose por el escenario. Acojona cuando la sala enloquece cuando suena el inicio de “Jerry”, (tema que por cierto su videoclip se grabó en esta misma sala) todo el público entregado y levantando los brazos, acompañando letra a letra con sus pulmones, toda una liturgia entre los presentes. Ya era toda una orda conjunta cuando suena la despedida a ritmo de “Cíclopes”, puños en alto los de atrás, y los de adelante saltando y dejándose sus últimos alientos en esa comunión con el grupo.
 
Grandísima ovación y jolgorio. Un concierto brillante de dos bandas brillantes.