Nueva etapa en esta carrera de fondo que nos ha brindado este fructífero mes de abril. En esta ocasión CANEDOROCK se trasladó a la SALA SON, en la población de Cangas do Morrazo, para asistir al concierto de SVEN HAMMOND. Los holandeses han sido carne de cañón del AZKENA ROCK FESTIVAL en su edición del 2015, a la que no pudimos acudir, por lo que era una asignatura pendiente asistir a su puesta en escena. Los orensanos LESTRATO ROCK, encargados de organizar el evento, nos brindaron la oportunidad de asistir a uno de los conciertos, sin lugar a dudas, mejores de este año 2018. Esto es lo que aconteció.

Son las 22:00 horas de un domingo soleado del mes de abril y la Sala Son ofrece para la ocasión un “Sold Out”. El ambiente es de rockeros ya “curtiditos” en esto de los directos. Tintinean las cervezas, y se intuye que la velada avanza hacía una explosión “rockeril”. Inicialmente se presentan cuatro de los cinco componentes que forman el combo para esta gira. Es Sven Figee el teclista y fuste de este proyecto, desde sus inicios, quién coge el timón y da sus primeras notas, en su teclado “Hammond” y amplificador “Leslie”, que llenan la sala con una fragancia a rock setentero que será una de las puntas de lanza de los holandeses. Como se puede advertir, la denominación del grupo esta compuesto por el nombre de pila del teclista y del teclado clásico del R&R de todos los tiempos, que no es otro que nuestro teclado rey de reyes Hammond.

Continúan y nos golpean con un par de temas instrumentales de su último trabajo, publicado en septiembre de 2017, titulado “Rapture” al que sigue el seductor  “Moet Jij Wete”, una funkada magistral del disco que considero como su mejor trabajo hasta la fecha “The Marmalade Sessions”. Se alarga y las improvisaciones se abren paso dando protagonismo a cada uno de los componentes en sus respectivos instrumentos. Así Glenn Gaddum al bajo y Joost Kroon en la batería nos aportan la métrica perfecta y trituran el ritmo aportando la simetría necesaria para sonar como un cañonazo. Tim Eijmaal se vanagloria de todos sus recursos originarios del blues y con un gusto elegante arremete  directo al corazón de la mezcla que deriva hacía el funk-rock. Increíbles músicos que le devuelven el favor a un público que les ha honrado con su presencia y que se ven de sobra recompensados con la tromba de musicalidad que estos artistas desprenden por sus poros.  


A estas alturas nos percatamos que estamos ante un grupo totalmente visceral siendo el directo su hábitat natural, donde sacan polvo al rock adornándolo con las agallas necesarias y con un gusto exquisito resultando una mezcla entre soul, funk y jazz que abruma y engancha al oyente. La sala es un clamor y cabezas y caderas se mueven al ritmo del “groove” que la banda rocía y expulsa de sus tripas.

La algazara cobra su mayor rédito con la salida a tablas de Iván Peroti, el vocalista de la banda. Si el ambiente ya estaba enardecido es con el aporte de Iván cuando la banda culmina uno de los directos más dignos e íntegros a los que he podido asistir en los últimos años. Un vocalista bárbaro que con una cálida voz a la vez que enérgica y un look más bien “rastafari”, con rosario en mano incluido para alejar a los malos espíritus, nos sitúa, más si cabe, en la naturaleza del show. Su canto deambula entre el reagge, rap y el jazz pero siempre situando el horizonte hacía el soul que es el cuño de la banda. La sensación para el espectador es que ralentiza la mezcla y que va un paso por detrás de todos los componentes pero en realidad no es así. Sin duda Iván es la guinda del pastel.


Caen cortes de su ultimo trabajo que se combinan con temas de sus predecesores “The Usual Suspects” y su disco más coral “The Apple Field”. Es en este disco cuando Sven Figee decide prescindir de una voz femenina e incorpora a sus filas a la banda que nos ocupa. Toda la sala esta vinculada al grupo y vamos todos a una. “Pogueos” en las primeras filas y sentadillas con desenlaces feroces son ya una constante en el transcurso del espectáculo. El sonido de la Sala Son es sobresaliente y suenan temas con riff's de guitarra que nos recuerdan la inconfundible “La Grange”  de ZZ TOP e incluso algún viaje con desvíos al “Purple Rain” de Prince.  

Ensordecedores fueron la peticiones para los bises a las que claudicaron concluyendo este gran concierto que  reunió a “rockeros de pro” llegados de todas las latitudes de nuestra “Gallaecia”. Hora para comprar camisetas, vinilos y CD's ,que sea dicho de paso, se vendieron como churros. Sven Figee con gran sencillez tuvo la cortesía de salir a la sala a saludar, firmar y fotografiarse con todo asistente que lo considerase oportuno. Un gesto que le honra y agradecimos. Así da gusto.

Han pasado algunos días pero todavía resuenan las canciones y las imágenes de los Sven Hammond en nuestros cerebros y retinas, respectivamente. Además de contribuir con una artillería técnica estupendamente engrasada, Sven Hammond dio una lección de como encarar un directo honesto y carismático de puro R&R. Los holandeses ya forman parte, por derecho propio, de nuestra hemeroteca musical. Dar las gracias a la gente de LESTATRO ROCK por seguir empujando y por el trato recibido. ¡¡¡Larga vida a SVEN HAMMOND!!!

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