Asomamos la cabeza en el último asalto del OUTONO CODAX FESTIVAL, timoratos, en lo que respecta a nuestro físico, ya que los años pesan y las dos jornadas anteriores nos dejaron exhaustos. Eso sin contar todo lo acaecido durante el mes de noviembre que tuvo como protagonista a la sala Riquela con conciertos en un formato más íntimo y personal pero con una calidad musical indiscutible.

Al Outono hay que ir si o si, ese es el “Leitmotiv”.

Las razones de dicha afirmación son diversas pero, quizás, la que sobresalga, es que, sin conocer a las bandas, siempre vas a encontrar algo interesante que va a despertar en ti esa sonrisa, ese gesto agradecido o una mirada cómplice sabedora del que aporta un momento feliz a tu existencia. ¡Que más se puede pedir!

Las ganas y la ilusión son las mismas que las de un joven aprendiz de brujo, conocedor de que, cuando suene el primer acorde, renacerá el viejoven que llevamos dentro. Con gafas, para no perder detalle, y con birra en mano para no perder la baza, intentamos llegar vivos al último bolo de esta XV edición. El soulman QUINN DEVEAUX hizo los honores con la mejor música negra que caracteriza a este soberbio festival.

Originario de Indiana, tres son los trabajos que contemplan la trayectoria de este artista que se mueve entre el soul, el blues y el R&B. El Outono es el marco perfecto para presentar, en primicia en nuestro país, su último larga duración titulado “Leisure”.

Su actuación, sosegada, dejo evidencia de su capacidad vocal que acompaña de una guitarra cuyo susurro limpio es el que predomina. Su cerebral sonido se nutre de la onda “Blue Beat Soul”, un eco contenido que se caracteriza por los medios tiempos que comprimen los sentidos sin llegar a detonarlos.

Desmenuzó su discografía durante la hora que duró su show. En la banda que lo acompaña, para la ocasión, hay caras conocidas que en otras ocasiones ya pisaron las tablas de la sala Capitol para hacer de lazarillos de otros artistas llegados de USA. Un cálido empezar que nos motivó para estar expectantes ante el plato fuerte de la velada.

KOMODRAG & THE MOUNODOR, originarios de la Bretaña francesa, nacen de la unión de dos bandas que componen el nombre de la formación actual. Los bretones asaltaron la sala Capitol para caer como un obús sobre los que tuvimos la suerte de asistir a esta embestida propia de un kamikaze cuan viento divino.

Las bandas, por separado, tienen su propia trayectoria pero, fruto de la fusión de ambas, en 2023, vio la luz el magnífico álbum, de temas propios, titulado “Green Fields of Armorica”. Una carta de presentación espectacular que deja entrever el talento y el buen hacer de los franceses, a los que auguramos un doble salto mortal situándose como una banda apostólica del renacimiento con sonido hard/rock setentero, el cual, sigue vivo a pesar de los años que lo contemplan.

Su fusión musical se caracteriza por un muro de sonido con peso de guitarras y contundencia en las pieles a lo que se le unen pinceladas de rock progresivo con hard/heavy/rock a los que abraza un imponente sonido hammond y unas voces aplastantes que hacen el resto.

Los 70’s sobrevolaron la sala Capitol y, al hipismo de Crosby, Stills, Nash & Young, se le unió el nervio de Grand Funk Railroad. Si eres amante de jóvenes bandas de actualidad que mantengan los sonidos “vintage” y por lozanía arrojen esa dosis plus de energía que el hard exige en directo, Komodrag & The Mounodor es tu banda.

Sonaron temas como “Marie France”, “Voodoo Love”, “Born in a Valley” o “Brow Sugar” entre muchos otros. Todo ello acompañado de un no parar de siete jóvenes con un vigor propio de su edad, que además, el estilo reclama y merece.

Su potencia no solo radica en sus composiciones hard setenteras sino que en sus directos dos baterías revientan la zona, con gran contundencia, a la vez que tres guitarras, con un sonido valvular, estalla en nuestras cabezas.

Al arsenal eléctrico se suma un bajo y un hammond que recuerda, respectivamente, a Roger Glover y al desaparecido Jon Lord, padres del hardrock, Deep Purple. ¡No va más, señores!

No todo es caña y algunos temas a medio tiempo como, “It Could Be You” están llenos de melodías con notas que se alargan, sin prisa, a lo largo del compás, rememorándonos a mis estimados Jefferson Airplane, originando que la música fluya de forma natural y se torne reconocible y familiar para el espectador.

A medida que avanzaba el concierto, no tuve más remedio que mirar por el espejo retrovisor y, además de las bandas ya mencionadas, alunizaron: a este lado del charco Black Sabbath The Who y al otro lado Rush o Lynyrd Skynyrd, pasando por las antípodas con ACDC.

Además, interactuaron con el público, dentro del escenario y fuera de él, se intercambiaron instrumentos demostrando que son muchachos sobradamente preparados para esto del R&R. Con este panorama, ¡quien podría pasárselo mal!.

Podemos decir, que por salud, agradecimos que el festival concluyese, pero, pasados los días, se echa de menos volver a la sala para ser testigos de la sorpresa que llega siempre de la mano de, RAIÑA PRODUCTIONS, encargados de montar todo este tinglado que año tras año, y ya van quince, nos conmueve y sobrecoge.

GRACIAS, como siempre, por contar con CANEDOROCK para transmitir lo ocurrido y ponemos ya la vista en la XVI edición del OUTONO CODAX FESTIVAL. ¡Besos para todos!

¡Una bárbara edición del Outono Codax Festival!

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